Media Maratón Ciudad de Arcos...

Llegaba la media maratón marcada en el calendario a un mes vista del maratón de Sevilla. Tenía claro que el objetivo principal eran los 42, pero para ello hay que darlo todo en los 21. La mirada la tenía clavada más allá de la meta...

Arrancábamos con frío y dudas ante el que la organización denominaba como un recorrido "practicamente llano". ¿Perdón? Practicamente llano sería el encefalograma del que lo dijo. Con la mosca detrás de la oreja comprobamos ya en el km 1 como los sube y bajas acapararían casi toda la carrera. Imposible de marcar un ritmo desde el principio me aventuré a hacer el burro, es decir, a intentar llevar el ritmo de carrera que logré conseguir en mi última media maratón, pero esta vez sin preparármela específicamente y ante el vaivén de cuestas.

Aún así comienzo a tirar, animado, pues a pesar de ir pasando los primeros kms, seguía divisando al grupo de cabeza, eso sí, a lo lejos. Aproximadamente en el km 5 tras grandes esfuerzos consigo adherirme a un grupo al que venía persiguiendo, pero casi sin darme cuenta los he dejado atrás y me encuentro en búsqueda de los pequeños grupos que iban formados más adelante. Al salir de Jédula y enfilar la interminable carretera que recorreríamos, soy la cabeza de un grupo que buscaban refugio para taparse del viento. Decido que no es mi ritmo y sigo apretando. A dos corredores, parece que les ha gustado mi idea y se han enganchado a mi. Hasta el km 10 les fui allanando el camino y cortándoles el viento, pues a pesar de que entraban al relevo del grupo, cada vez que lo hacían no me convencía el ritmo y acababa volviendo a tirar. Quería un puntito más, pues el reloj me decía que me iba a demorar demasiado si me acomodaba, así que tuve que luchar cuesta arriba y con el viento de cara durante gran parte de la carrera. 

Llega el km 10 y es momento de jugármela en solitario. Pongo una marcha más y digo adiós a mis acompañantes. El viento y la longitud de la sinuosa carretera hicieron interminables los kms hasta el 15, donde paso de nuevo por el pueblo para ver caras conocidas y enfilar de nuevo la cuesta gorda del km 1. Voy casi sin fuelle, pero tengo a un corredor al que sigo la estela y otros dos en la lejanía. Decido dejar de mirar el reloj y dedicarme a currarme la general. Apreté cuesta arriba y extendí zancadas cuesta abajo, y di muestras de ello a tres cadáveres más que dejé por el camino, haciendo el último km en 3:26...

He visto el reloj al entrar...y sin esperarlo marca 1:20:54..."Creo que no lo he hecho mal del todo"- pienso mientras me voy recuperando sin dejar de pensar en Sevilla haciendo cábalas. Al rato y con ganas ya de descansar me acerco a la pantallita donde te dicen tu clasificación. Meto el 56 (mi número). Comienzo a ver los datos...y no puedo creer lo que veo...

¿Cómo iba yo a esperar subir al podio en una media maratón como la de hoy? Parece que el esfuerzo ha traído más de una recompensa hoy, un trofeo en el segundo escalón de mi categoría y lo más importante un crono para seguir soñando...






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