MM Bahía de Cádiz 2016
Me la debía. En un año en el cual estoy sacrificando todas las competiciones (esta es mi tercera carrera de la temporada), ansiaba poder demostrarme a mí mismo de lo que soy capaz. Tras mi lucha diaria peleándome con el agua y sufriendo de lo lindo para resistir un ritmo medio decente en bici, me he ido conformando con mantener en un segundo plano la carrera. Así que esta carrera se tornaba en algo más que un entrenamiento dentro de mi camino al Ironman. A pesar de los consejos del míster de salir a 4'10"/km y a ver qué pasaba, lo que encendía fuego en mi interior era hacer 1h24min, o lo que es lo mismo: ritmo de 4'00"/km. Lo que hacía complejo esto, pues evidentemente eran las 2 horas de bici que tenía que hacer justo antes de la media maratón y la poca experiencia en ritmos que tengo en estas transiciones.
Aún así, llego puntual a soltar la bici tras mis dos horitas de entrenamiento. Las sensaciones son buenas, el día está perfecto, el sol brilla como en las grandes ocasiones y tengo la chispa encendida. No hay vuelta atrás. "La vas a cagar Buyo"- me repetía antes de la salida. Pero cada vez que lo decía una sonrisa masoquista aparecía en mi rostro. 3,2,1...ya no hay vuelta atrás.
No me cansaré de decir que si no vas a salir rápido, no te pongas delante para empezar. No tiene ningún sentido. En fin, el primer kilómetro hay que ir prácticamente quitándose de en medio corredores con otro ritmo. Poco a poco la cosa va fluyendo hasta acercarnos a Ronda del Estero, donde ya se corre fluido.
Desde hace un par de calles estoy viendo de lejos a Ale, mi entrenador, que salía más rápido y poco a poco me voy acercando a él. El ritmo me parece de locos, pero la sensación de ir al límite no ha aparecido; de hecho iba bastante cómodo con ese ritmo fuerte. Antes de salir de San Fernando nos emparejamos y decido aguantarle hasta lo que me diera el cuerpo. No quería atravesarme la autovía solo y la compañía era inmejorable.
Se hizo un poco largo el segundo tramo de autovía, pero íbamos restando kilómetros sin ceder en nuestro empeño. Una vez entramos en Cádiz, sabía que estaba mi familia por ahí y fui disfrutando de esa sensación que sientes cuando te cruzas y sabes que lo estás consiguiendo.
Quedan 5 km. La cosa se va poniendo cada vez más seria. Sigo como puedo el ritmo que va poniendo Ale, intentando no despegarme. En el 18 el cordón de la zapatilla izquierda se me desata, pero no era hora de perder tiempo, así que hice mis últimos 3 descordonado. Las molestias empiezan a aparecer y el ritmo se hace cada vez más insostenible, pero aún así nos seguimos quitando corredores de en medio, como habíamos hecho desde que nos encontramos.
La meta se huele, un último esfuerzo para dejar atrás al grupo que teníamos delante y los 21 son nuestros. Ha sido un auténtico placer y una gran ayuda haber compartido esta carrera contigo Ale. El hecho de haber acabado contigo demuestra lo mucho que he tenido que dejar en el asfalto en esta carrera.
Poco importa el crono y la clasificación, pues ya va siendo costumbre en esta media que esté mal medida. Los 400m de menos han dejado un crono más que impensable 1h 20min 48seg (3'54"/km) y una posición 41 en la general que no está nada mal.
Tras la carrera, el reto continúa. Esto es un camino largo...muy largo; y la meta no estaba bajo el arco que he cruzado hoy, pero si la noto un poquito más cerca...
Mención aparte merece mi cuñao Juanma, que se estrenaba en Media Maratón. ¡¡GRANDEEEEE!! Ha demostrado que quien quiere puede y se ha estrenado a lo campeón haciendo un gran tiempo. No será la última...
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