Cuatro alas...
Ya sabemos que cuando uno se enfrenta a un reto, no es él solo el que acaba afrontándolo. Detrás siempre hay quien te empuja, te ayuda, te anima y un largo etcétera que hace que vayas pudiendo sumar pasitos hacia tu objetivo. Y cuanto más duro es el reto, más ayuda necesitas, hasta el punto de necesitar alas para el mismo. Incluso hay veces que no te basta con dos alas, así que os voy a presentar las cuatro alas que me sostienen en el camino hacia mi meta:
Adidas adizero boston. Suaves, ligeras, como guantes blanditos que te van impulsando a la vez en cada zancada. Soy de los que piensan que son las piernas las que corren y que por muy buena zapatilla que te calzes, si tus músculos no van, no hay nada que hacer. Pero una ayudita como esta no viene mal tampoco. Amortiguación justa y propulsión máxima para arriesgar a ir lo más rápido que me permita la distancia.
Alejandro Castañeda. El míster. Es la voz de la experiencia que me guía en el camino diario. Es el que me templa y me hace sufrir como un cochino. Siempre atento y pendiente aguantando mis quejas y animándome a seguir en las dificultades. La persona que te dirige siempre debe haber recorrido el camino que vas a hacer, y en este caso, el camino ha sido estudiado más de una vez. Ritmos, distancias, entrenamientos cruzados, un maratón con un ironman de fondo...la tranquilidad que me da estar en buenas manos me da la confianza que flaquea en días cercanos a los retos.
Ana López. ¿Qué iba a hacer yo sin mi fisio? Ya no solo por su buen hacer, sino porque no le recuerdo haber escuchado un "no puedo" para mí. Y amiga, el tiempo incondicional es lo más preciado que tiene una persona. Una vez más será quien me ponga a punto justo antes de lanzarme hacia el objetivo. Eso sí, esta vez tendrá más trabajo que nunca...
Yolanda Martín. Y llegados a este ala el tiempo se detiene. Si hablamos de un reto, no es algo a lo que debamos enfrentarnos un solo día de gran esfuerzo. Ojalá. La lucha es a diario, no solo en el entreno de cada día; es planificar, pensar, amoldar, asimilar y un largo etc, que acaba ocupando gran parte de tu vida. Y si hay alguien que me acompaña en mi vida, es ella. No hablo solo de estar, hablo de acompañarme en bicicleta durante 30km mientras soy el único loco que está corriendo por el estero aquel ventoso domingo de lluvia. Cada kilómetro llevará un pedacito de ti.
Estas son las cuatro alas que han velado por mí en el camino y que estarán conmigo durante (espero) no más de 3 horas que estaré peleándome con el maratón. Desde luego, no podría estar mejor acompañado...
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