Sin rumbo fijo...

Hace 3 semanas ya de la carrera del Alzheimer de este año. Carrera que me dejó un mal sabor de boca, porque a pesar de hacerla solo un segundo más lento de media que el pasado año (y con un recorrido más duro, aunque más corto), no pude ir como me hubiera gustado. No fue el tiempo, ni si quiera la posición, fue la sensación más bien. Tanto es así que ha sido la primera carrera desde hace unos cuantos años de la que no hago crónica en el blog. 

Y esto es porque ando en tierra de nadie. Este año por mi cabeza retumbaba dejarme de marcas y entrenar de otra manera que no suponga un desgaste tan continuo como lo es la exigencia de una marca. Y ello conlleva bici y agua. Esto significa que corriendo no puedo ir tan rápido como el año pasado. Eso lo sé, pero como existe una cosa que se llama mecagoentoquenopuedoirrapido, pues empiezan los dilemas y comederos de coco, mientras comienzan a aparecer sonidos de zapatillazos al asfalto y aires de maratón. Me está costando contenerme, pero lo estoy haciendo (de momento).

Y entre idas y venidas de cabeza, me quedé sin cruzar la bahía, cita que tenía metida a golpe de auto exigencia en el calendario y que por el mal tiempo se me quedó sin meter en remojo. 

Quizás por ello ayer me tiré al agua. Quizás por ello me quise encontrar allí solo en mitad del océano con toda mi amalgama de sentimientos. Y tras el chapoteo ansioso del principio (sigo teniéndole miedo al agüita tapá), comencé a bracear intentando disfrutar de lo que fuera aquello: una huída, una declaración de intenciones, un rodeo a mi deseo...

Y tan indecisa parecen a veces las respuestas, que pasé de encontrarme de bruces con las olas que golpeaban de cara y repetirme que lo dejaría en breve y que se quedaría en un simple paseo, a comenzar a ver las siluetas del horizonte cada vez más cercanas y convencerme brazada a brazada que iba a terminar de cruzar.

La contrariedad de no encontrar respuestas, pasó a dibujar una sonrisa. Así me quedó claro que decida lo decida o aún sin decidir, lo que voy a hacer desde ya es disfrutarlo...