¿Corremos juntos?...
Las vacaciones: Dícese del periodo de tiempo que crea un estado de bienestar en el cual las siestas se alargan por más de dos horas y las madres se dedican con esmero a que perdamos toda finura que en nuestro morfotipo hayamos podido lograr a lo largo de todo un año. Aclarado el término, ahora comprenderéis la situación actual en la cual se encuentran muchas personas como yo.
Pero los hay masocas que se resisten a lo inevitable y en medio de este paraíso de comida y descanso deciden levantarse un domingo a horas indecentes para ir al quinto pino a echar una carrerita. La compañía hace mucho y ante la idea de correr con aficionados al running sin ningún tipo de presión más que lo que uno quisiera forzar, nos plantamos los ya habituales más la meritoria incorporación de Jesuli en Zahara de los Atunes. El reto era subir hasta un faro más lejano y escondido de lo que hubiéramos firmado. 12km para comenzar a apretar las clavijas en esta especie de minipretemporada en la que nos encontramos.
Se salió de buen rollo, pero al poco cada uno ya iba marcando claramente sus objetivos. El mío era obligarme todo lo que pudiera, aunque sabía que no iba a poder ir tan rápido como me hubiera gustado. Así pues se hizo un grupito de 5 que encabezábamos la carrera y fuimos tirando alejándonos poco a poco del resto. A duras penas llegué con el grupo hasta arriba del faro tras una cuesta de las que minan la moral, consiguiendo no rendirme. Hay un pequeño momento de tregua cuesta abajo, mientras voy saludando a los que venían sufriendo cuesta arriba, hasta que tras engancharse un nuevo corredor que venía fortísimo, el grupo se comienza a estirar hasta dejar destacados a tres en cabeza y un dueto perseguidor al que intentaba por todos los medios no despegarme. Aguanté hasta el km 8. A partir de ahí asimilé que el trío de cabeza era inalcanzable y decidí hacer mi carrera, tomándome un pequeño respiro y achuchando a los dos corredores que iban delante. La carrera se había roto y se había convertido en eso, una carrera más. Así que aprieto y me adelanto poniéndome 4º, aunque uno de los corredores me pisa los talones. Tras un zigzagueo parece que cede e intento mantener el ritmo para llegar a mi meta un poco más aliviado. Buenas sensaciones, pero sabiendo que estoy bastante lejos de mi mejor nivel. Lo mejor son las ganas de mejorar que me ha dejado este vespertino rodaje.
Poco después de llegar, comenzaron a asomar por meta Ale, Migue y Ángel, que también agradecieron el esfuerzo de haber venido. La ovación de la mañana claramente se la llevó Jesuli, que dobló su kilometraje en un paraje poco propicio para ello. Al final nos acostumbramos a la frasecita...."Me parece a mi..."
Los 5 artistas del asfalto un poco de canto |
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