El premio de llegar a la línea de salida...

Sé lo difícil que es presentarse por primera vez a una prueba como el Ironman, pero ahora que estoy a punto de situarme en la salida por tercera vez, no sé bien si tiene más mérito hacerlo sabiendo lo que te espera. Y no me refiero al día de la prueba, que ya con eso bastaría, sino a todo lo que conlleva la preparación para enfrentarse a él.

Es toda esa preparación y el orgullo de haberte dejado la piel a diario lo que hace que el día de la prueba sea como un regalo. El día de la competición puede pasar cualquier cosa, pero el camino que has recorrido ya no te lo puede arrebatar nadie. Es precisamente ese camino el que te hace sentirte un Ironman.

Y en ese camino recorrido siempre tienes varios objetivos en forma de entrenos que te dirán sí has cumplido o te has dejado doblegar. Estos números reflejan bien el esfuerzo realizado y hacen que me haya ganado el regalo de situarme una vez más en la línea de salida.

Ahora solo me falta ir a disfrutar de mi premio...