Media Maratón Bahía de Cádiz 2019...

Cuando uno acaba un reto, se encuentra un poco desbocado, como si le faltara algo. Pero ese hueco se rellena más pronto que tarde con otro reto (alguno no tenemos remedio). Y justo en el año que quería descansar de la exigencia, es cuando más estoy compitiendo. El tema es que tras acabar el maratón, se ha unido el descanso obligado tras los 42, viaje de despeje mental, natación vetada, he estado malo...total que en este mes los entrenos han brillado por su ausencia.

Todo esto me ha hecho tomar conciencia de lo que tengo que hacer: olvidarme de marcas y disfrutar de lo que vaya haciendo. Esto que en la teoría es sencillo aparentemente, en la práctica no tanto. El dorsal pesa mucho y cuando uno ha disfrutado en los puestos nobles, le cuesta disfrutar un poco más atrás. 

Esa era la idea hoy. Disfrutar un poco más atrás. El viento presente de nuevo en esta media, hacía presagiar que las marcas estarían lejos del crono ideal. Así que a meter ritmo, pero sin empujar con la cabeza. Mucha gente conocida en la salida: Javi, Chicón, Luis, Barba...y nivelaco dejándose ver por delante a Manolo y Ale, tras entreno por la sierra y transición de Bici. ¡Vaya cracks!

Los grupos empiezan a entreverse a lo largo de la avenida, mientras vamos avanzando en la eterna línea recta. Me llevo una sorpresa porque me encuentro a mis sobrinas con mi hermana y mi cuñado. Hago por buscarlas para chocarle y seguir. Todos van buscando un resguardo para la temida autovía. Todos menos yo...


El grupo en el que puedo resguardarme noto que va demasiado lento y pensaba que iba a frenar aún más cuando azotara el viento por derecho. Llego al grupo, tiro del grupo, paso al grupo...Tras unos segundos de duda, Manolo salta del grupo y se me une. Sigo empeñado en meter mi ritmo y cuando entramos en la autovía Manolo se me queda un poco rezagado. Tenía que probar a ver qué salía. Voy acercándome a un grupito que poco a poco se hace asequible, pero por detrás viene un grupo también achuchando. El viento pega fuerte y no da tregua. Al paso por Matagorda, nos alcanzamos todos y formamos un grupo que se mantiene hasta la entrada en San Fernando. Muchos cruces de piernas buscando cobijo por el camino. Ale y Manolo vienen de menos a más y se han metido en el grupo. Se les ve bien y fuertes. ¡Qué mamones! Cómo me alegra compartir momentos con gente así. 

Enfilamos Pery Junquera y sé que aquí comienza otra carrera. Quedan los últimos 6 donde la fatiga comienza a asomar de verdad y todos nos quedamos con las excusas en pañales. Intento meter un puntito más sabiendo además que Yoli estaba por allí, pero las sensaciones siguen siendo las mismas que en el resto de la carrera: cada vez que he intentado meter una pequeña marcha más, me ha durado más bien poco el intento y he vuelto al ritmo anterior en unos metros. La motivación de buscar una marca o un puesto no está como en otras ocasiones y eso pesa a la hora de mantenerse. Aún así voy a tirones y las piernas no ceden en demasía. Me pesaba el recuerdo de la última media donde a partir del 18 sufrí mucho y pensaba que la historia se iba a repetir. Al cruce por Hornos Púnicos donde nos íbamos encontrando los corredores de frente, me doy cuenta que las caras que voy encontrándome son las que suelen estar bastante adelante en las carreras y me hace pensar que voy bastante bien. Al no llevar reloj, las sensaciones eran la única guía.

La cosa es que no tenía ganas. No quería pasarlo mal ni sufrir. Y mientras mis pensamientos iban por esos lares, mis piernas seguían avanzando hacia una meta que cada vez estaba más cercana. Consigo al menos mantener, e incluso me sorprendo al pasar a algún corredor top. El ritmo hasta meta es muy exigente, me doy un respiro en el último tramo y me dedico a disfrutar de la meta. Por la megafonía se escucha: "Aquí llega el profe de La Salle". Mientras voy saludando a la grada donde sé que tengo fotógrafa particular (¡qué lujazo!) cruzo mirando el crono, pensando que ha estado bastante bien: 1h24min18seg y sorpresa cuando me veo en el 4º puesto de mi categoría. Pues parece que bastante bien, sí...el viento ha hecho mella hoy y todos los finishers se han ganado a pulso la medalla.





A escasos segundos Ale y Manolo aparecen por recta de meta, rematando un entreno de superlujo. Dejamos una fotito en meta para el recuerdo. Sigo aprendiendo de los mejores...



Ahora toca seguir creyéndome eso de disfrutar, aunque las circunstancias manden. A entrenar, entrenar y entrenar...aunque seguramente, con el rabillo del ojo, seguiremos mirando al crono...

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