A ritmo de 3x4...

Hoy era todo diferente. Mi mirada volvía a tornarse de nuevo hasta el infinito con la convicción de poder alcanzarlo. Tras un buen desayuno y tras haber preparado una buena sesión de carnavales en mi playlist, decidía sacrificar este sunny sunday, para resarcirme del tropiezo de hace dos semanas. Como he dicho, hoy era todo diferente. A partir del km 4 alzaba la vista para divisar mi objetivo de hoy: pisar Cádiz y volver. Poco a poco voy madurando en el reto y voy comprendiendo cosas. El camino hay que tomárselo como lo que es; un largo y absorbente trayecto que te va a ir minando la cabeza de pensamientos para que te detengas y saborees la miel del descanso en mitad del sufrimiento. Por muy decidido que salgas, a medida que avanzan los km los deseos de abandono se van multiplicando. Esto va a ser así y hay que aceptarlo. Aunque no por aceptarlo, quiere decir que no vayas a vencerlo. Hoy no. Esta vez tocaba avanzar con paso firme y con la humildad y respeto que merece la distancia, pensar en cada metro que recorría antes que pensar en el final. No han habido calambres, ni molestias ni nada que pudiera pararme. Hoy se ha vuelto a romper la barrera y la he reconstruido después de hacerla añicos en el km 33. Tras más de 3 horas fundiéndome en el asfalto y después de una semana con 82 km recorridos la cosa vuelve a cambiar. A falta de 55 días, hoy vuelvo a alzar la mirada y a divisar el horizonte más allá de donde me pueden llevar mis piernas. Hoy mi mirada ha cambiado y ya nada puede detenerme salvo una cosa...la meta de la avenida Foch.