Trail Hércules 26km...

Hay momentos que llevan esperándote toda la vida...
En estos días, recién estrenados los 30 años, buscaba motivación como un loco para culminar mi preparación para la carrera de hoy. Un gran Rafa Nadal, hecho a base de trabajo y esfuerzo, me dejaba entrever el camino a seguir en mi senda particular. Así reunía todas las carreras de esta temporada para sacar lo mejor de cada una de ellas y juntarlo todo en una sola. El quinto puesto de mi categoría del pasado año se tornaba en imposible por el elevado número de corredores: 259, casi 100 más que el año pasado. A medida que se acercaba la carrera estaba cada vez más convencido que no iba a poder ser.
Pero ayer leí en una de las entradas de mi blog:...que se preparen. No estaba dispuesto a regalar mi posición, quien la quisiera se iba a tener que dejar los huevos en la arena. Y con esta convicción me planté a las 9 de la mañana en la primera línea de salida. Tenía muy claro que si quería estar arriba, tenía que salir bastante fuerte, pero no imaginé lo que me esperaba. 

Rápidamente 3 corredores toman el mando de la carrera y se disparan de todos los demás y tras ellos se agrupa el pelotón de cabeza al que intento seguir. Van demasiado rápido a un ritmo que estaba convencido que no lograría mantener, pero sabía que lo que hiciera en la primera parte de la carrera iba a marcar lo que le seguiría durante el resto de la misma. A un ritmo de 4min/km (más rápido que una media) recorremos el sendero de la ronda del estero y nos plantamos subiendo al Cerro en una cuesta interminable para adentrarnos en el cuartel. Tras el infernal ritmo llevado hasta entonces, no dejo de apretar en los estrechos caminos para adelantar a un par de corredores. Estaba temiendo lo que vendría después, porque estaba echando el resto demasiado pronto. Vistazo a través de la reja del cuartel a Yoyi y en busca de Alfonso que voy que me esperaba a la entrada de la playa. Justo antes me la sigo jugando igualándome y dejando atrás a otros dos corredores que llevaban un ritmo superior al mío.
Aquí dejo mis fuerzas, ya que una vez me adentré en la playa, comienzo a acusar el esfuerzo realizado y me aletargo en mi ritmo. Nada de comenzar a remontar corredores y a sentirme fuerte como en la mayoría de las carreras. Esa tarea la había realizado en los primeros 10 km. Toca sufrir...y lo hice de lo lindo. Poco después de comenzar a hundir mis huellas, me adelanta un corredor y me temía lo peor: que por detrás comenzaran a venir fuertes corredores de uno en uno para hundirme aún más en la arena. Me tenía que venir arriba como fuera. Tenía claro que con las fuerzas con las que iba no iba a haber épica. Sabía que la décima posición en la general del pasado año se me podía ir fácilmente. Y aún quedaba lo peor...
La arena comenzaba a hundirme más de la cuenta y las dunas asomaban ya por el caño de Sancti Petri. Iba muy justito de piernas y aún quedaba una eternidad. Aún así con la sensación de ser perseguido, pero sin querer mirar hacia atrás voy dando alcance muy poco a poco a otro corredor, que por fin consigo dejar atrás en mitad de las dunas. El corredor que va delante mía va lejos y muy fuerte. Ya dije que no iba a haber épica.

Reventado salgo de la playa y recorro los últimos km escoltado por las bicis de Alfonso y Patri. Sus continuos ánimos fueron ayudándome a mantener un ritmo constante, que era el más fuerte que podía llevar. La pierna y el costado me estaban dando avisos de que me había pasado. 
Con la atención puesta en el retrovisor logro encarar la recta de llegada con holgura para recrearme saludando a mi familia. Sabía que había conseguido al menos defender mi posición, lo que no sabía es que iba a rebajar en 9 minutos y medio mi marca del año pasado: 1h 52min 53seg...

Poco después salen las listas de la clasificación general. Había sido 7º...El enorme esfuerzo realizado me había llevado a superarme nuevamente. La espera a partir de ahí fue tensa, pues aún tuvimos que esperar un largo rato más para ver las listas de la clasificación por categorías...¡¡¡¡¡¡¡¡¡ 2º !!!!!!!! ¡Mi primer podio! No me lo podía creer. Miro y remiro la lista por si hubiera algún error. No, era yo. Ahí estaba.

Y pensando en lo complicado que es salir a entrenar tras 14 horas trabajando, en la cantidad de km que llevan encima mis piernas, en lo difícil que resulta alargar entrenamientos en fines de semanas de asfalto interminable, en series tediosas que te hacen reventar el corazón a pulsaciones más allá de las 11 de la noche...me invade la sensación que cada minuto dedicado a todo esto ha merecido la pena por subir a ese escalón.
Me encantaría dedicar este podio a todos aquellos corredores que desde hace años, incluso décadas, dedican todo este tiempo a participar en carreras sin poder disfrutar un momento como el que he vivido yo hoy. Ellos me hacen aún más grandes subido en ese escalón.
Y por supuesto, lo mejor, compartirlo con vosotros...
¡¡VAMOS BUYO!!












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