Correr sin reloj...

Una vez superados los grandes retos contra el crono de esta temporada, no tengo más que demostrarle al implacable juez de las agujas afiladas: el tiempo. Así que tras haberme batido contra el minutero en las dos medias claves de esta temporada y al temido maratón, sabemos que lo que toca es activar el modo Ironman y machete en boca sufrir entre pedaladas y brazadas.

De momento el test de 1000 en el agua lo he dejado 6 segundos menos que el pasado año, cosa que me ha dejado una gran sorpresa. En bici aún no sé cómo ando, pues los vendavales no me han dejado probarme en serio. Todo se andará. El objetivo era al menos no andar demasiado lejos y parece que no va mal la cosa.

Entre tanto llegamos a la Media Maratón de la Bahía, sin otra pretensión que la de disfrutar. Nada de tiempos, nada de exigencias, nada de exprimirme hasta retorcerme...nada de nada. Evidentemente no voy a ir flotando los 21km, que correrlos, los tendré que correr, pero solo me voy a dejar llevar por mis sensaciones. No me he saltado ningún entreno de esta semana para asegurarme de anestesiar el gen competitivo y mi idea es salir sin reloj si quiera. 

Toca respirar, cerrar los ojos, y continuar, continuar, continuar...toca disfrutar de nuevo del traje de triatleta...


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