Hoy puede ser un gran día...

Se cumplía hoy el duodécimo día consecutivo de carrera, con inicio en un caprichoso 29 de febrero y continuación con un pleno absoluto en los días que llevamos de marzo. De forma contradictoria al título de la entrada, comenzaba la carrera con malas sensaciones, ya que, a pesar de haber superado ya la treintena, se hace realmente duro llegar a ella con la vista aún al frente. Con el objetivo marcado en los 30, pero teniendo en mente un inalcanzable km 38, me lanzaba a ponerme moreno en esta mañana soleada mientras pensaba que sacrificaba otro día más sin poder hacer alguna visita a la familia o quedar con alguien para tomar un café por enésima vez. Como otras veces, la carrera se alargaría durante prácticamente toda la mañana.
¿A qué viene entonces el título de hoy? Paso a relatarlo a continuación. Al levantarme por la mañana hay una frase que se repite en mi cabeza todos los días: "Buyo, vamos a disfrutar". Tengo la firme convicción que si no te levantas un día pensando en disfrutar de todo lo que pase en él, mejor no te levantes. Hay que disfrutar de la fiesta que tengas preparada, del café con tu amigo, de la visita a tu familia, del duro día de trabajo de 12 horas que te espera y hasta del pellejazo que te has metido corriendo...Absolutamente de todo. Y al igual que la vida te cambia de un día para otro, en este día que estamos viviendo te puede pasar algo increíble y convertirse en un gran día. Y si no te pasa, búscalo. Precisamente esta frase, "hoy puede ser un gran día", era como una especie de firma de despedida que me he llevado utilizando mucho tiempo para darle ánimo a mis compañeras de trabajo ante la jornada laboral que les esperaba. Y hoy, cual mensaje de tifosi en plena subida al Mortirolo, me lo he encontrado en plena carretera en el km 26. Pero lo más curioso, es que al paso por los km 4 y 7 por el mismo sitio no estaba...

Se me había olvidado tan sólo unos minutos después de despertarme. Comprendí entonces que hoy podía ser un gran día. Y si no, tenía que buscarlo. A partir del km 18, se endureció la cosa y una intensa molestia en la cara anterior de la rodilla por el pesado rodaje, hacía acortar los pasos y retrasar la suma de km. Son sentimientos contradictorios los que se enfrentan: enlentecer el ritmo para evitar sobrecargas o apretar el ritmo para disminuir el tiempo de agonía muscular. Y es una decisión que vas tomando prácticamente cada 300 ó 400 metros. Bendita decisión comparada con la otra que debes ir tomando también en carrera: hasta donde alargar la meta de hoy. Todavía no conozco bien el mecanismo que se mueve en mi cabeza cuando decido seguir. No sé discernir bien lo que me lleva a continuar mientras escucho mis pulsaciones incluso por encima del sonido de la música.  Aún no entiendo como he podido seguir con la zancada y estirar la carrera un km más...y otro...y otro...
Sólo sé que hay algo dentro de mi que aflora cada mañana y me dice: "Buyo, hoy puede ser un gran día". Y esta frase hoy la he repetido hasta 40 veces...



Comentarios

  1. ¡¡¡40 KILÓMETROS!!! ¡Enhorabuena! :) ¡Ánimo campeón! Efectivamente, hoy puede y ha sido un GRAN día

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    1. Gracias kiki!! El día menos pensado lo es. Sigues ahí en la distancia y me alegro por ello. Un besote.

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