Dulce locura...

Pero has aprendido a hacerte un hombre fuerte, a hacer oídos sordos y disfrutar de tu locura. Porque empezó como un pequeño paréntesis, pero se ha convertido en aquello que te gusta y que te hace levantarte por la mañana y esperar que un momento del día llegue. Y un buen día, encuentras a alguien en ese camino de asfalto en el que se ha convertido tu andar, que respira como tú lo haces, que vibra con cada km que queda tras de sí y que sin darte cuenta su paso suena exactamente igual al tuyo. Sólo te queda compartir el camino y despedirte hasta que vuestros caminos se vuelvan a encontrar.
Así, tras 30km un domingo por la tarde, nos despedimos con una sonrisa que refleja en nuestro rostro lo logrado. ¿Locos?...puede. Dulce locura...
Comentarios
Publicar un comentario