IV Carrera Los Toruños - La Algaida...

Te asfixia, te mata, te va quitando el aire poco a poco, te crea ansiedad y te machaca desde el primer metro. Así son las carreras de 9 km. Acostumbrado a llevar un ritmo fuerte, pero sin el corazón saludando por la boca, la carrera de hoy me ha dejado muy claro que hay que sufrir con una proporción directa a la velocidad que quieras llevar. Dicho esto puedo decir que he cumplido con creces los objetivos que me planteaba antes de la carrera: ir al límite de mis posibilidades e intentar no subir de los 4min/km.
Me habréis escuchado decir lo mismo mil veces, pero es que es así: la carrera empezó escopetada. Esta vez quise engancharme delante bien pronto y chupé cámara en primera línea de salida. Para la salida solamente, ya que poco después era rebasado por la estampida de gente insana que corren como pollos sin cabeza. Sin cabeza, pero con piernas...doy fe.


Primer km a 3'40'', ole yo, a ver cuánto me dura esto. Pronto me veo enganchado a un corredor con el que me fui alternando el puesto casi toda la carrera. Es la sensación de ver a alguien al lado tuya y pensar: "Va más fuerte que yo...me deja atrás", pero a lo mejor él va pensando lo mismo. En fin, luchando km a km por intentar mantener el ritmo infernal que llevaba me planto en un km 7 tras haber perdido el dorsal por el camino (dorsales de calidad que se caen al mojarse un poco a pesar de ir enganchados en la camiseta con 4 imperdibles) y haber sido rebasado por dos corredores un km atrás. Me dejo el resto. Conseguí mantenerme un puntito más fuerte que ellos e inicio la descabellada búsqueda del siguiente corredor que tengo a la vista. Llegados a este punto de la carrera uno reza más porque no te den alcance los dueños de los continuos jadeos que vas escuchando tras de ti, que por dar caza al corredor que tienes por delante. Aún así decido apretar y arriesgarme a quedar exhausto al final de carrera.
Encauzo el último km como si estuviera huyendo de auténticos "caminantes" y justo antes de adentrarme en la última zona entablada le enseño los dientes a mi rival y me anticipo a él. Parece que responde, pues aprieta el paso al rebasarlo. Voy cruzando el entablado intentando cerrar huecos, pero parece que va más fuerte que yo. Estaba pagando caro el esfuerzo realizado en la persecución. Al salir de las tablas son 200m los que me separan de la meta. En curva intento aumentar el ritmo para que no me pille mi perseguidor. Pensé que eso sería suficiente. Iluso de mi. Herido en su orgullo mi sombra no sólo parece no rendirse, ni le basta con apretar, sino que comienza a esprintar. Cuando me doy cuenta su ritmo era superior al mío y a falta de 100m deja de ser mi sombra y me lo encuentro paralelo a mi. Mientras esto sucedía me daba cuenta que no era suficiente con apretar los dientes y empujar como lo estaba haciendo, tenía que dejármelo todo para que no me rebasara. Ambos ofrecimos al público un espectacular final con un sprint de 200m, en el cual ganó quien consiguió mantenerlo hasta la misma línea de meta. Tanto me acribillé para hacerlo que rebasé a otro corredor antes de entrar. Magnífico punto y final para la carrera.

Distancia: 9km
Tiempo: 34'26''   Media: 3:50 min/km
Velocidad: 15,68 km/h
Posición general: 33
Posición categoría: 8

Secuencia del agónico y espectacular final.

Y como casi siempre, el deporte se une una vez más para causas solidarias, esta vez a beneficio de la Asociación Española contra el cáncer de El Puerto de Santa María. Vaya por ellos mi carrera y mi entrada de hoy. LIVE!

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